Mucho Dinero y poca Moral
Hoy quiero empezar el blog con una transcripción de la carta mandada por El jefe Seattle al presidente de los EEUU, Franklin Pierce en 1855, en respuesta a la oferta de compra de sus tierras a la tribu Suquamish.
«El aire es de mucho valor para el hombre piel roja, pues todas las cosas comparten el mismo aire -el animal, el árbol, el hombre- todos comparten el mismo soplo. Parece que el hombre blanco no siente el aire que respira. Como una persona agonizante, es insensible al mal olor. Pero si vendemos nuestra tierra al hombre blanco, él debe recordar que el aire es valioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con la vida que mantiene. El viento que dio a nuestros abuelos su primer respiro, también recibió su último suspiro. Si les vendemos nuestra tierra, ustedes deben mantenerla intacta y sagrada, como un lugar donde hasta el mismo hombre blanco pueda saborear el viento azucarado por las flores de los prados.»
Y es que mientras escuchaba en la radio la historia de este jefe indio y una parte de la carta que escribió al presidente de EEUU, pensaba en el hombre «blanco«, «civilizado» y con la «razón», que es capad de cualquier cosa para mantener su poder, y me venía a la cabeza el nefasto hecho de Volkswagen.
¿Tantas pérdidas de beneficios implicaba para que los responsables de Volkswagen llevaran a cabo la tropelía (porque otro nombre no tiene) tan grande de engañar a TODO el planeta? Y no me quedo corta, a TODO el planeta, da igual donde hayan sido vendidos esos coches, si en USA o Europa, ya que todos (no sólo de esta marca, sino también de sus filiales Audi, Skoda y Seat, que utilizaron el mismo software) están en circulación por el mundo. Y es que Volkswagen ha pasado por encima de leyes o peor todavía, por encima de la gente, de sus clientes… vamos, ¡que nos ha tomado por tontos!
Ver Noticia El País: «El escándalo de Volkswagen crece y afecta ya a 11 millones de vehículos»
El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, mostró sus disculpas con unas declaraciones (Ver Comunicado de Volkswagen), que a los que amamos la naturaleza (y sobre todo, a los que no nos gusta que no nos tomen el pelo) nos saben a poco:
«Haremos todo lo posible para recobrar, paso a paso, la confianza perdida. […] Presento mis mayores disculpas a los clientes, a las autoridades y a toda la opinión pública por nuestro comportamiento”
Cuanto mas lo pienso…, ¡mas rabia me da! pensar que se diseñó un software de controles de gas manipulado, que reducía las emisiones contaminantes cuando detectaba que estaba siendo sometido a una prueba e implicaba que los vehículos… contaminaran ¡entre un 10 y un 40% por encima de los limites legales para NOx!
Son los Óxidos de nitrógeno (NOx), los compuestos principales del Smog Fotoquímico o «boina» (como a los de ciudad nos gusta llamarlo) y que convierten nuestras ciudades en un lugar donde respirar, se vuelve peligroso.
Ver noticia Gizmodo: «El fraude de las emisiones de Volkswagen equivale a un año de contaminación en el Reino Unido»
Leer noticias relacionas con este tema da miedo y sino, lean el estudio que desde el periodo The Guardian se ha llevado a cabo y en el que han calculado que las emisiones emitidas por estos vehículos, equivalen a un año de contaminación en el Reino Unido.
«Según las mediciones de la Agencia de Protección Medioambiental Estadounidense (EPA), los 482.000 modelos afectados estaban emitiendo un total de 1.039 toneladas de óxidos de nitrógeno a la atmósfera. Si los cálculos de los técnicos consultados por The Guardian son correctos, en realidad estaban emitiendo entre 10.392 y 41.571 toneladas de estos gases contaminantes. Si multiplicamos esa cifra por los 11 millones de vehículos que Volkswagen ha reconocido que están afectados, tenemos un extra de emisiones contaminantes equivalente a todas las emisiones del Reino Unido en un año, sean de su parque de automóviles o emisiones industriales.»
Llegados a este punto, prefiero no navegar mas y dejar de buscar noticias relacionadas con este fraude… por una vez voy a dejar de ver, escuchar y hablar (como los tres monos sabios), ya que la indignación es muy elevada, daría paso a la ira…, y nada bueno saldría de ahí.
No se puede ser mas «pillo» (que se note que he rebajado un poco mi nivel de indignación…) para saltarse las normativas medioambientales, que por parte de una empresa con tanto prestigio y antigüedad, se le sabían de sobra asumidas en sus Valores. En lugar de emplear ese esfuerzo en I+D, en avances técnicos que acaben con el uso de combustibles fósiles, que acaben con la contaminación y sus efectos, lo emplearon en el desarrollo de un sistema diseñado para salir ileso de los controles de gases (Innovación y Desarrollo al servicio de la estafa).
Busquemos el lado positivo de todo esto…. Se me ocurren a bote pronto dos aspectos a destacar:
1) Si Volkswagen fue capaz de diseñar un sistema que engañase a los protocolos de control de la emisión de gases, es que sin duda estos procesos de inspección necesitan de forma urgente una revisión. ¿O por qué no vamos a dudar ahora de que otros fabricantes puedan hacer o incluso estuviesen ya haciendo lo mismo?
2) El engaño que los sistemas de control no advirtieron, fue detectado (casi de forma casual), por dos ecologistas. Es una magnífica ocasión para valorar y agradecer el trabajo que llevan a cabo las diferentes organizaciones ecologistas, que realizan su labor en medio y a pesar del choque continuo y frontal con el mundo capitalista. Un sistema que pone siempre los intereses económicos, por encima de cualquier política o acción medioambiental conservacionista.
Fácil sería pedir desde aquí el boicot a la marca Volkswagen, pero enseguida pensamos en los trabajadores de las fabricas, en los comerciales de los concesionarios, en los mecánicos de los talleres…, ya que en el fondo de toda esta historia, no sólo está el daño al medio ambiente, ni el abuso de la confianza de sus clientes, ni el engaño universal, sino las consecuencias que en sus ventas y a la larga en los trabajadores (que no toman las decisiones pero si las pagan) desembocaría en el cierre de fabricas y la quiebra de la industria.
Por eso queremos mandar finalmente un mensaje positivo, (aunque el ánimo expuesto aquí no lo demuestre), que estos «errores» sirvan para buscar soluciones efectivas al problema del uso de combustibles fósiles, y es que no sólo es la contaminación el problema, sino también el hecho de que estos recursos se acaban y su final puede terminar provocando conflictos mundiales aún peores que los que ya vivimos.